Se va otro y viene uno más, en una especie de tránsito continuo, como antiguamente se denominaba al "conductus" que ayudaba a transportar a las almas hasta el purgatorio.
Ya se van los pastores a la majada,
ya se queda la sierra triste y callada,
ya se van los pastores,
ya se van marchando,
más de cuatro zagalas se quedan llorando.
Así es mi vida,
piedra,
como tú.
El Sr. Ujados se va, una lástima, hemos llorado a trompicones y después de gastar varias toallas de playa para secarnos la lágrimas, hemos reído, locamente, embravecidos, uno más al ostracismo, a la calle, a buscarse las habichuelas porque después de haberse tomado unos judiones, ya estaba harto de hartarse, de hundir su cuchara en la audiencia para rebañarla, para dejar la empresa, aún más extenuada, más hundida, sin pudor.
Adios amigo, Good bye my friend, Ciao, ciao amigo, arrivederci, auf wiedersehen.
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