Mariló tiene un problema: Mariló. Haríamos un favor a Ramón Camblor diciendo que él es el problema, pero... En realidad Ramón solo es una pequeña parte del problema, existe una jerarquía,¡Caramba!.
La pobre audiencia cuando elije en su receptor La mañana, lo hace por azar, para que el bar se llene de clientes virtuales que hablan de necedades desde la caja, en este caso, hipertonta, (todo avanza).
La Mañana no es un programa de televisión, es parte del electrodoméstico, como si una lavadora ya viniera con su colada puesta en el tambor. Y mirando el estuche electrónico a través del ojo de buey... ¿Qué se ve?... A Mariló. Creían que el verano, con sus serpientes, se la iba a comer y no llegaría a estrenar la próxima temporada.
Los teleinvidentes esperaban poder abrir los ojos, como en una secuencia de milagrosa recuperación de la vista, en Octubre y al despertar de la pesadilla de haber escuchado semejante talk-chou durante varios años, descubren que ella sigue, como el famoso Joe Rigolí.
Mariló es parte del mando a distancia algo que pertenece a la cadena de la taza televisiva. La pobre, es un decir, no tiene culpa de que la audiencia la abandone, la tiene el "empedrao". Ahora solo queda esperar el escarnio de otro año aguantando ese maniqueo programa con los contenidos mas insulsos que jamás un batracio haya podido crear. No hay dos Marilós sin tres. Pura matemática.
Vd. ha permitido instalar -cookies- en su ordenador. Esta decisión puede cambiarse.