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Hemos dejado pasar unos días para ver como prosperaban las decisiones sobre los nuevos nombramientos. Algunos ceses eran necesarios, la gerente de la orquesta, director de La 2, directora de I+D, director de informativos, subdirector de producción de informativos y algunos más cuyos nombres hemos olvidado porque son horrores del pasado.

Hará unos años que acuñamos la frase "Todo es manifiestamente empeorable", en esta ocasión hemos brindado con Champagne, pero se ha acabado el lujo y hemos descubierto que nos ha sido sustituido el brindis por vino peleón. Un tal Juanky, creemos que se escribe así el apelativo, una sustituta de la producción de informativos que deja mucho que desear en su trato y algún que otro horror garrafal, como el vino peleón, de garrafa, sí.

Quedan en el tintero de la memoria Valcarce y sus acólitos que han visto pasar sus jefaturas de servicio B de unos 900 pavos de navidad a responsabilidades "50" de más de 1200 pulardas. No nos hemos molestado en mirar los emolumentos, en definitiva se trata de ingeniería organigramática. Se aumenta el coste salarial pero, de cara a la galería, parece que hay menos jefes.

Ahí siguen campando a sus anchas varios directivos pertenecientes a la época de la Sima de los Huesos como si las áreas de programas no pudieran ser tocadas porque nos son informativamente hablando poco importantes. La televisión se hace de contenidos de calidad, ya se trate de programas informativos, divulgativos o de cualquier otra naturaleza y la calidad se demuestra cesando y nombrando personas cualificadas, no Las Amistades Peligrosas, no Maridos y Mujeres. Como estos títulos ya estaban ocupados en anteriores artículos hemos escogido uno del soporífero Bergman que para algo se hace el sueco, Sonrisas y Lágrimas.