×

Mensaje

Directiva Europea sobre Privacidad

Unión Profesional emplea -cookies- para gestionar la autentificación, navegación y otras funciones. Para usar nuestro sitio web, Vd. debe aceptar que nosotros instalemos este tipo de -cookies- en su equipo

Ver los documentos sobre política de privacidad

Vd. ha rechazado el uso de -cookies-. Esta decisión puede revisarla.

Ratio: 0 / 5

Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 

Al margen de la información metereo-ilógica que parece ser que compartimos con TV3, existen otras noticias y declaraciones, como la que indica que Rajoy comprende a todos los que no han votado al PP, esto es, a mas de 31 millones de españoles. Es el primer presidente psicoanalista. Los que no han votado al PP también le entienden. Existe una comprensión mutua. Ahora bien, lo que no logra entender es porque le siguen votando los que aún lo hacen.

Los que han votado a Podríamos también entienden a los que no les han votado y viceversa. Mas de 34 millones que no ven al almuhedano de la televisión, el Srl Minaretes. Así, sucesivamente, con los que no han votado al PSOE que entienden perfectamente porque no lo han votado.

En el otro lado del pastel político están los nacionalistas que no saben porque les votan y los que les votan tampoco saben porque lo han hecho.

Es una situación absurda, de las que históricamente se viven en España desde los orígenes de los Celtíberos, es la Celtiberia con la que nos deleitaba aquel magnífico escritor, periodista y compañero de Televisión Española, Luis Carandell.

El absurdo político que nos permitió encumbrar a Jesus Gil, Ruiz Mateos, Zapatero y Chiquilicuatre, la España de las Caras de Bélmez, los tenedores doblados de Uri Geller y los UFOS de Jiménez del Oso. España ese país condenado al aburrimiento político y social, acostumbrado a la pesada necedad del ser en el cual sus habitantes no se reconocen.

Todos oímos voces interiores. No hay reflexión. Solo existe la certeza de que nadie piense en su increíble equivocación, creer que el otro es el que no sabe. Veamos una elocuente tabla sobre los resultados electorales que no se publica nunca, aquella que indica que la democracia aúpa al poder a un pequeñisimo porcentaje de personas y la pregunta consiste en averiguar ¿en manos de quién estamos?.

 TablaElecciones2014